A 86 años de su fallecimiento, el legado del “Obispo de los Pobres” sigue vivo como ejemplo de fe y resistencia ante las pruebas que marcaron su vida y ministerio.
Autoridades de los tres niveles de gobierno implementaron un operativo de vialidad y seguridad durante la Caravana de los Fieles; cientos de feligreses participaron en una jornada ordenada y sin incidentes.
El féretro fue trasladado desde la Ciudad de México hasta la Catedral y luego al Antiguo Panteón Xalapeño; miles colmaron las calles Enríquez y Xalapeños Ilustres para despedir al llamado “Obispo de los pobres”.