Hay informes de gobierno que buscan deslumbrar. Otros, al menos, intentan convencer. El de Xalapa este año —breve, terso, casi quirúrgico— hizo ambas cosas. Pero en política, como en la vida, lo breve no siempre es sinónimo de sencillo. A veces, la concisión sirve para presumir obra… y a veces para dejar silencios que también merecen interpretación. Y es precisamente allí donde vale la pena detenernos.