

Perote, Ver. - La ciudad celebra medio milenio desde su fundación con un llamado a reconocer su legado como enclave estratégico en el Virreinato y guardián del Altiplano veracruzano. /
Redacción Bitácoras Políticas | Perote, Ver. | 20 Jun 2025
El municipio de Perote conmemora cinco siglos de historia desde su fundación formal en 1525, hecho que no solo marca el nacimiento de una ciudad, sino la consolidación de un punto clave en la historia política, militar y comercial del oriente novohispano. Autoridades municipales, académicos, cronistas y pobladores han organizado una serie de actos conmemorativos para reflexionar sobre el papel de Perote en el devenir de Veracruz y del país.
Perote, cuyo nombre deriva del náhuatl Perrotl (“cerro redondo”), fue fundado como villa estratégica a los pies del Cofre de Perote, en una región habitada por pueblos totonacos y nahuas. La colonización española transformó su función original en la de un paso obligado entre el puerto de Veracruz y la capital del virreinato: fue fortaleza, aduana y bastión. Su fundación en 1525 obedeció al interés de la Corona española de asegurar el control territorial y facilitar el tránsito comercial, político y militar.
Durante el periodo virreinal, Perote destacó como punto logístico por excelencia. Su clima templado y ubicación privilegiada permitieron la instalación de una de las fortalezas más importantes del México colonial: el Castillo de San Carlos, edificado en el siglo XVIII. Esta estructura sirvió como prisión y resguardo de mercancías, convirtiéndose en una pieza clave para el control del altiplano y la defensa del camino real.
El paso de figuras históricas como Benito Juárez, Santa Anna, o incluso presos políticos y extranjeros, como el emperador Maximiliano, marcaron la identidad de Perote como tierra de tránsito, de vigilancia y también de castigo. En el siglo XIX, durante las guerras de Reforma y las intervenciones extranjeras, la ciudad conservó su rol estratégico, atrayendo batallones, convoyes y batallas.
Hoy, con casi 80 mil habitantes, Perote conserva una memoria viva de su fundación. Las comunidades indígenas de la región, especialmente nahuas y otomíes, recuerdan que su territorio fue poblado antes de la llegada europea, y que su cultura ha persistido pese al despojo colonial. La conmemoración de los 500 años es también una oportunidad para rescatar y visibilizar esas raíces originarias, muchas veces omitidas en las narrativas oficiales.
En palabras del cronista local, la efeméride “no es solo un festejo institucional, sino un acto de memoria histórica que exige justicia para los pueblos originarios y una reflexión crítica sobre lo que significa fundar una ciudad sobre otra”.
El ayuntamiento de Perote ha programado una serie de eventos culturales, cívicos y académicos que incluyen conferencias magistrales, exposiciones fotográficas, presentaciones de libros, talleres de historia comunitaria y encuentros con escuelas locales. Entre los eventos más destacados se encuentran una sesión solemne de cabildo, un desfile conmemorativo y un festival artístico en la explanada municipal.
El Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) también participa con charlas sobre la historia virreinal de la región, mientras que universidades como la Veracruzana han impulsado jornadas de reflexión en torno a los procesos de mestizaje, resistencia indígena y construcción territorial.
A cinco siglos de distancia, Perote conmemora su fundación con un enfoque que no omite las contradicciones de su historia. Desde su papel como cárcel de Estado hasta su presente como cabecera regional productora de cebada, papa y legumbres, el municipio asume su pasado como motor para construir un futuro más justo, incluyente y con memoria.
“Perote no es solo piedra y cerro: es memoria, es frontera, es comunidad viva”, señaló la presidenta municipal durante el acto inaugural del aniversario. La celebración de los 500 años busca, por tanto, tejer continuidad entre generaciones y reconocer que la historia no solo se conmemora, también se defiende.