

Poza Rica, Ver. - Expertos señalan que dos de las cuatro fases de la alerta temprana fallaron antes del desbordamiento del río Cazones; el desastre dejó más de 30 muertos y 40 municipios afectados en el norte de Veracruz. /
Redacción Bitácoras Políticas | Poza Rica, Ver. | 20 Oct 2025
La tragedia que azotó al norte de Veracruz pudo evitarse. Así lo reveló una investigación publicada por el periodista Édgar Ávila Pérez en El Universal, donde expone fallas graves en el sistema de alerta temprana previo al desbordamiento del río Cazones, que inundó gran parte de Poza Rica y dejó un saldo de al menos 30 personas fallecidas, 18 desaparecidas y 40 municipios afectados.
De acuerdo con el análisis, dos de las cuatro fases internacionales del sistema de alertamiento fallaron: la difusión oportuna de los riesgos y la capacidad de respuesta institucional. Las alertas meteorológicas fueron emitidas con antelación, pero no llegaron a las comunidades más vulnerables, ni se activaron evacuaciones antes de la crecida del río.
El investigador Jorge Luis Vázquez Aguirre, especialista en prevención de desastres de la Universidad Veracruzana e integrante de la Organización Meteorológica Mundial, explicó que las cuatro fases de la alerta temprana —conocimiento del riesgo, monitoreo técnico, comunicación y respuesta— buscan garantizar la prevención y la evacuación ante fenómenos naturales. En el caso de Veracruz, “hubo avisos, pero no alertamientos masivos ni preparación suficiente”, afirmó.
El desbordamiento del río Cazones, ocurrido la madrugada del 10 de octubre, fue anticipado por la Conagua, que a las 23:00 horas del día anterior reportó un aumento súbito de 2.20 metros en su nivel y alertó sobre una inundación “inminente”. Sin embargo, ni el Gobierno del Estado ni la Secretaría de Protección Civil emitieron una orden de evacuación o una alerta generalizada en redes sociales, a pesar de que ya existían pronósticos de lluvias torrenciales y avisos de emergencia.
Una revisión de las cuentas oficiales de Protección Civil y del Gobierno de Veracruz en Facebook, X y WhatsApp mostró publicaciones sobre suspensión de clases y recomendaciones básicas, pero ningún llamado explícito a evacuar ni advertencias del riesgo de desbordamiento. Incluso, mientras el río se salía de su cauce, las redes gubernamentales difundían eventos públicos y campañas de prevención contra el dengue.
Para el investigador Vázquez Aguirre, la omisión más grave fue la falta de comunicación efectiva con la población más expuesta: “Las alertas deben transmitirse por todos los medios posibles: radio, televisión, mensajes celulares o incluso de voz en voz. Ninguna pérdida humana es admisible”, sostuvo.
Frente a las críticas, la gobernadora Rocío Nahle García rechazó una semana después que hubiera negligencia por parte de Protección Civil. Aseguró que la madrugada del 10 de octubre “la alarma de Pemex sonó y se evacuó a miles de personas”, argumentando que el fenómeno “rebasó la capacidad natural de los cauces” y no fue resultado de errores institucionales.
No obstante, especialistas advierten que el desastre evidenció vacíos en la prevención, la coordinación y la comunicación de riesgos. La falta de un sistema de alertamiento eficaz —como los que operan en países con protocolos más estrictos— agravó los daños materiales y humanos en la región norte del estado.
A diez días de la tragedia, Poza Rica y municipios vecinos aún enfrentan la emergencia, con cientos de familias damnificadas, escasez de agua potable y calles cubiertas de lodo. Mientras tanto, las investigaciones continúan para determinar hasta qué punto las fallas institucionales contribuyeron a que la catástrofe se convirtiera en una tragedia evitable.
Con información de Édgar Ávila Pérez / El Universal