

Ciudad de México - El 50% de los hogares enfrenta falta de liquidez por ingresos insuficientes, inflación y educación financiera limitada; solo 8% logra ahorrar al cierre del mes. /
Redacción Bitácoras Políticas | Ciudad de México | 20 Oct 2025
Más de la mitad de los mexicanos llega a fin de mes con la cartera vacía, de acuerdo con un estudio reciente publicado por El Economista. La investigación revela que solo un 8% de los encuestados cuenta con dinero sobrante tras cubrir sus gastos, mientras que el resto enfrenta dificultades para equilibrar sus finanzas personales.
El informe, elaborado en octubre de 2025, señala que los principales factores que explican esta situación son los ingresos insuficientes, la persistencia de la inflación, el desempleo y la falta de planeación financiera. A esto se suma una baja cultura de registro de ingresos y egresos, lo que provoca compras no planeadas y un manejo ineficiente del dinero disponible.
Según el estudio, la mayoría de los hogares destina sus recursos a alimentos, bebidas y tabaco (38%), vivienda y energía (15%), transporte (20%) y educación (10%), lo que deja un margen mínimo para el ahorro o el ocio. Ante la falta de liquidez, muchas familias recurren a endeudarse, reducir gastos o usar sus ahorros para cubrir necesidades básicas.
El fenómeno no solo refleja la pérdida del poder adquisitivo, sino también el impacto del estrés financiero en los hogares. Este tipo de presión económica afecta la salud emocional y limita la capacidad de planificación a mediano plazo, según advierten economistas consultados por el diario.
El estudio también evidencia una marcada brecha social: mientras solo el 31% de los hogares de bajos ingresos logra llegar a fin de mes con dinero, el 52% de los hogares de mayores recursos reporta una mayor estabilidad económica. Esta disparidad refuerza las desigualdades estructurales que persisten en el país y plantea el reto de fortalecer la educación financiera y las políticas de ingreso digno.
Expertos consultados por El Economista sugieren que una parte del problema radica en la falta de estrategias familiares de ahorro y en la escasa capacitación sobre finanzas personales. Consideran urgente promover programas de educación económica desde el sistema escolar y fomentar políticas públicas que garanticen salarios acordes al costo de vida.