José Luis Ortega Vidal | Poza Rica, Ver. | 16 Oct 2025
Desde la orilla del río Cazones, un paisaje desolador se extiende a lo largo de lo que alguna vez fue la colonia Gaviotas 1. Hoy, las casas son montones de escombros cubiertos de lodo y silencio. El desbordamiento del río, ocurrido tras las intensas lluvias de los últimos días, arrasó con viviendas, caminos y pertenencias, dejando a decenas de familias sin hogar y a otras más en la incertidumbre de no saber el paradero de sus seres queridos.
El desastre natural sorprendió a la población durante la madrugada, cuando el nivel del agua superó los márgenes de contención y avanzó con fuerza por calles y patios, llevándose a su paso vehículos, muebles y recuerdos. Las autoridades municipales y estatales iniciaron operativos de rescate en las zonas más afectadas, aunque los primeros auxilios no han llegado aún a todos los sectores.
De acuerdo con testimonios de habitantes, el hedor de basura acumulada y el lodo espeso hacen casi imposible permanecer en algunas áreas. “El agua se llevó todo, sólo nos quedó el miedo”, relató María del Carmen, vecina de Gaviotas 1, quien fue evacuada junto con sus dos hijos por vecinos que improvisaron balsas con llantas y tablones.
El río Cazones, que atraviesa Poza Rica y desemboca en Tuxpan, registró su mayor nivel en más de dos décadas, según reportes preliminares de Protección Civil. Las lluvias torrenciales y el desbordamiento de afluentes secundarios contribuyeron a la inundación de al menos cinco colonias, entre ellas La Ceiba, Nacional, Gaviotas 1 y 2, y Las Vegas.
Mientras los equipos de rescate se concentran en el traslado de damnificados hacia refugios temporales, la población afectada denuncia la lentitud en la respuesta oficial y la falta de recursos básicos, como agua potable, alimentos y medicinas.
En la zona cero, el lodo cubre todo: calles, árboles, autos y las huellas de lo que alguna vez fue vida cotidiana. La corriente no sólo arrastró pertenencias, sino también la sensación de seguridad. Los vecinos organizan brigadas improvisadas para buscar entre los escombros y esperan el arribo de maquinaria y ayuda humanitaria.
El alcalde Jesús Fomperoza Torres informó que los cuerpos de auxilio municipales y federales mantendrán operativos permanentes para el rescate de personas, el suministro de víveres y la limpieza de áreas críticas, mientras se realiza un censo de daños materiales y humanos.
En Poza Rica, el río dejó algo más que devastación: una herida abierta que revela la vulnerabilidad de una ciudad que creció al borde del agua y que, hoy, enfrenta la magnitud de su fuerza.
