

Redacción Bitácoras Políticas | Ciudad de México | 02 Oct 2025
Hoy se cumplen 57 años de la matanza de Tlatelolco, uno de los episodios más trágicos y emblemáticos de la historia reciente de México, en el que cientos de estudiantes y civiles fueron reprimidos por el gobierno federal, encabezado entonces por Gustavo Díaz Ordaz, en la Plaza de las Tres Culturas de Tlatelolco. El resultado, según diversas investigaciones, fue de alrededor de 350 muertos, además de heridos y desaparecidos.
El movimiento estudiantil de 1968 surgió tras la ocupación militar y policial de planteles educativos y la escalada de enfrentamientos entre alumnos de distintas escuelas, como la Escuela Vocacional 5 y la Preparatoria Isaac Ochoterena. Los estudiantes demandaban libertad para presos políticos, derogación de artículos del Código Penal, destitución de jefes policiacos y reparación a víctimas, entre otros puntos de justicia social y democrática.
El mitin del 2 de octubre congregó a estudiantes de la UNAM, el IPN, El Colegio de México, Chapingo, Iberoamericana, La Salle, la Escuela Normal de Maestros y otras instituciones. Minutos antes de las seis de la tarde, un helicóptero sobrevoló la plaza y lanzó bengalas que sirvieron de señal para que los francotiradores del Batallón Olimpia comenzaran a disparar contra la población estudiantil y civil. Muchos intentaron refugiarse en edificios cercanos, pero soldados ingresaron y asesinaron a quienes lograban resguardar, según relatos de sobrevivientes y reportes históricos.
El 2 de octubre no solo permanece en los libros de historia; también se refleja en la cultura y la música. Artistas y grupos del rock mexicano y de protesta, como Óscar Chávez, La Maldita Vecindad y la Banda Bostik, plasmaron la tragedia en sus canciones, convirtiéndose en símbolos de memoria y resistencia. Obras como La noche de Tlatelolco y Tlatelolco 1968 evocan la exigencia de justicia y la vigencia de los derechos estudiantiles y ciudadanos.
Cada año, organizaciones civiles y estudiantes realizan marchas en la Ciudad de México y otras partes del país para recordar la matanza, con el lema “2 de octubre no se olvida”, reafirmando la necesidad de un futuro más justo y equitativo, y evitando que se repitan las violaciones graves a los derechos humanos que marcaron aquel año.
La Comisión Nacional de Derechos Humanos y expertos en historia reciente subrayan que este hecho sigue siendo un referente de resistencia social, un recordatorio del valor de los jóvenes y de la ciudadanía organizada frente a la violencia institucional. La memoria histórica, concluyen, es una herramienta para la construcción de democracia y justicia en México.