

Redacción Bitácoras Políticas | Xalapa, Ver. | 26 Sep 2025
En plena temporada de lluvias y fin de quincena, los habitantes de Xalapa se enfrentan no solo al reto de administrar sus ingresos, sino también a la humedad persistente que invade hogares y comercios. Ropa, calzado, utensilios de madera e incluso billetes muestran señales de moho y hongos, un problema que se suma a la proliferación de insectos y microorganismos propios del bosque de niebla.
La ubicación geográfica y la topografía de la capital veracruzana generan condiciones de clima semicálido-húmedo con una precipitación anual de hasta 1,700 mm, según la Comisión Nacional del Agua (Conagua). Estos factores propician la aparición de plagas como pececillos de plata, colémbolos, ácaros y cucarachas, así como moho en paredes y techos. Aunque la mayoría de estos organismos no representan un riesgo grave para la salud, especialistas advierten que los ácaros y el moho sí pueden desencadenar alergias e infecciones respiratorias.
De acuerdo con datos de la Conagua, en 2024 se registraron en Xalapa 30 días consecutivos con temperaturas superiores a los 30°C, seguidos de lluvias intensas que alcanzaron los 618.3 mm acumulados en junio y julio, cifras históricas para la región. Este comportamiento extremo del clima, alternando calor y precipitaciones, crea condiciones propicias para la humedad y sus efectos en la vida cotidiana.
Entre los llamados “bichos de la humedad” más comunes en la capital se encuentran las cochinillas, que suelen alojarse bajo la madera húmeda; los pececillos de plata, presentes en baños y rincones oscuros; y los colémbolos, diminutos artrópodos que se alimentan de materia en descomposición. También aparecen moscas de la humedad, tijeretas, ciempiés y arañas, estas últimas atraídas por la abundancia de presas.
El fenómeno no es nuevo, pero sí creciente. Investigadores del Instituto de Geografía de la UNAM han señalado que el rápido crecimiento urbano y la pérdida de vegetación en la zona metropolitana de Xalapa han intensificado el calor urbano y la irregularidad de las lluvias, lo que impacta en la humedad de las viviendas.
Para enfrentar estos problemas, especialistas en control de plagas recomiendan detectar el origen de la humedad, mejorar la ventilación, aplicar productos como ácido bórico o tierra de diatomeas, y mantener la limpieza con desinfectantes como la lejía. En casos graves, se sugiere acudir a empresas especializadas en tratamiento de humedades. Sin embargo, los cambios recientes en el clima recuerdan que la ciudad enfrenta retos ambientales crecientes que afectan tanto a su patrimonio natural como a la salud de sus habitantes.