Ciudad de México - El INAH localizó la pieza en la calle Donceles 97, donde se alzaba el calmécac; los grabados aluden a ciclos solares y deidades fundamentales de la cosmovisión mexica. /

Redacción Bitácoras Políticas | Ciudad de México | 29 Jul 2025

Una mandíbula humana grabada con símbolos sagrados prehispánicos fue descubierta en la calle Donceles número 97, en pleno Centro Histórico de la capital del país. El hallazgo, confirmado por personal del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), ocurrió en el sitio donde antiguamente se ubicaba el calmécac, la escuela para la nobleza mexica.

La pieza, que presenta grabados por dentro y por fuera, ha sido calificada como un testimonio único del pensamiento ritual y astronómico mexica. En su cara externa, se distingue una xiuhcóatl —la serpiente de fuego— rodeada de símbolos calendáricos como la atadura de años y el número siete, formados por cuatro carrizos entrelazados y siete círculos. Estos elementos remiten a ciclos solares que, de acuerdo con el Códice Chimalpopoca y la Leyenda de los Soles, representarían una era completa en el calendario mítico mexica: 364 ciclos solares o siete fuegos nuevos.

El reverso de la mandíbula no es menos significativo. Ahí se encuentra grabada la figura de Mixcóatl, la Serpiente de Nubes, deidad asociada con la guerra, la caza y la creación celeste. La aparición de ambas entidades —Mixcóatl y xiuhcóatl— en una misma pieza resalta la visión dual del cosmos mesoamericano: fuego y nube, tiempo y espacio, destrucción y génesis.

Especialistas del INAH señalaron que el hallazgo, además de su valor simbólico, ofrece información material que puede datarse con precisión gracias al contexto estratigráfico del sitio y al análisis de los pigmentos o instrumentos usados en los grabados. La mandíbula será sometida a estudios multidisciplinarios para establecer su antigüedad, procedencia biológica y uso ritual.

Donceles 97 es una zona de alta densidad arqueológica. Se trata del antiguo corazón de la ciudad sagrada de Tenochtitlán, donde confluían centros de poder, templos y espacios educativos. El calmécac, en particular, albergaba a los hijos de la nobleza mexica y era sede de una enseñanza espiritual y matemática rigurosa. De ahí que el hallazgo de esta pieza sea coherente con su contexto histórico.

Autoridades culturales recalcaron que el objeto no será exhibido de inmediato, pues antes debe garantizarse su preservación. Sin embargo, el INAH ha iniciado el registro digital de la mandíbula, lo que permitirá su estudio sin comprometer su integridad.

Este descubrimiento se suma a los esfuerzos por reconstruir una visión más amplia de la cosmovisión mexica, la cual concebía el tiempo no como una línea continua, sino como una sucesión de ciclos marcados por la destrucción y la renovación. En ese marco, grabar símbolos en hueso humano no era un acto aislado, sino parte de un ritual complejo en el que cuerpo, cosmos y calendario formaban una unidad sagrada.

Las investigaciones continuarán en la zona, con la expectativa de encontrar otros restos asociados que arrojen mayor luz sobre las prácticas funerarias, religiosas y astronómicas del México antiguo.